sábado, 15 de junio de 2013

 






El día 6 de mayo la Congregación de Agustinas Misioneras celebró la Fiesta de su Fundación.

A lo largo de los años han sido muchas las misioneras que, desde diferentes partes del planeta, han dado y dan lo mejor de sí por ser testigos de Jesús de Nazaret.

En los últimos 12 años su expansión ha sido también "virtual" por medio de la MISIÓN que realizamos en la red, de la cual sois partícipes todos los que nos seguís a diario a través de la Web y del Blog. www.reflejosdeluz.net

Objetivo: compartir con vosotros la alegría de la vida, la entrega, la generosidad y el esfuerzo por seguir siendo mensajeras del Evangelio allá donde estemos.

Nos unimos a cada una de vuestras intenciones con el deseo de que nuestra Congregación continúe siendo cauce de encuentro pastoral en el que Cristo es el centro.

El 6 de mayo, las hermanas Agustinas Misioneras, celebran el aniversario de su fundación. Los inicios siempre son difíciles: mucha entrega y sacrificio, mucho esfuerzo y mucha alegría. Los ideales siempre son limpios, muy generosos. Las primeras mujeres que emprendieron esta aventura fueron personas llenas de ilusión, de mucha esperanza. Muy entregadas a las niñas y niños más necesitados y sobre todo, mucho amor a Dios.

Los deseos de salir a evangelizar desde el principio fue una inquietud para ellas.
Hoy, después de aquellos sueños nos han dejado un legado muy importante: las Agustinas Misioneras se han extendido por todo el mundo, y desde la espiritualidad de San Agustín han queridos transmitir un mensaje de unidad, fraternidad y servicio para todo el mundo y transmitirlo principalmente por medio del campo de la educación y la misión.

Ante todos vosotros hemos de saber elogiar el esfuerzo de tantas y tantas hermanas que han entregado su vida y siguen entregándola a Dios en la misiones y en la educación.

Dar gracias a Dios por sus vidas, por sus testimonios de entrega, por su dedicación plena a dar a conocer el mensaje de Jesús a través de la forma de vida de San Agustín.

A ellas gracias por todo su empeño, su ilusión, su testimonio, en algunos casos hasta dar la vida por Cristo en tierras difíciles, como en Argelia.

     Que el día de hoy sea una acción de gracias a Dios por cada una de sus vidas. Pidámosle al Señor de la vida que nos ayude a todos a descubrir el silencio en nuestro corazón, descubramos lo que Dios quiere de nosotros.

     Hoy, más que nunca, se necesitan misioneros y misioneras. Posiblemente seas tú uno de esos jóvenes que haciendo silencio en el interior, Dios esté pronunciando tu nombre para seguirle desde la vida sacerdotal o desde la vida religiosa como agustino o agustina misionera. Haz la prueba, arriesga y lánzate.

   Agustinas Misioneras, Hermanas, felicidades y seguid anunciando el evangelio desde el carisma agustiniano de la unidad, fraternidad y el servicio.

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